A lo largo de mis años como traductor, en dos ocasiones he derramado alguna bebida sobre el teclado. Si te ocurre, te recomiendo lo siguiente:
Desenchufa el teclado de inmediato.
Sécalo con papel absorbente o un paño.
Para acelerar el secado, colócalo cerca de un radiador o usa un secador con aire templado, sin aplicar calor excesivo.
Si el líquido era azucarado (como Coca-Cola) y alguna tecla ha quedado pegajosa o no responde bien, echa unas gotas de alcohol etílico sobre las teclas afectadas. Asegúrate de que el teclado esté desenchufado antes de hacerlo.
Si eso no funciona, como último recurso, enjuaga el teclado con agua (sí, agua), déjalo escurrir y espera a que se seque por completo antes de volver a conectarlo. De este modo tan poco ortodoxo reparé un excelente teclado de la marca daskeyboard.